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Overclocking

Hablemos de overclocking...

Última edición: 02/04/2018 - 21:30

Una parte algo más avanzada del hardware de nuestro ordenador.
Apto para los más valientes

Intentaré explicarlo de la manera más sencilla posible.


¿Qué es y por qué hacerlo?

               

            La práctica conocida como overclocking pretende alcanzar una mayor velocidad de reloj para un componente electrónico (por encima de las especificaciones del fabricante). La idea es conseguir un rendimiento más alto gratuitamente, o superar las cuotas actuales de rendimiento, aunque esto pueda suponer una pérdida de estabilidad o acortar la vida útil del componente, entre otros. (Fuente: Wikipedia)

             Dejándonos de explicaciones bonitas y formales, lo que queremos es conseguir más rendimiento, en definitiva. Pero surge una pregunta importante: ¿necesitamos ese rendimiento extra que nuestros componentes pueden ofrecernos? Y junto con ella: ¿merece la pena ese extra de rendimiento teniendo en cuenta los contras de esta práctica? En este artículo vamos a discutir, sin entrar en detalles muy técnicos, estas importantes cuestiones.

               Como ya dije, no voy a entrar en detalles muy técnicos, pues esto no es ni de lejos un tutorial de overclocking. Cada PC es diferente y ya hay suficientes guías para ello. Yo me voy a centrar principalmente en el concepto en sí, en las ventajas e inconvenientes de esta práctica, sin tratar una configuración concreta.

                Lo primero: ¿a qué componentes podemos hacer overclock? Sería un buen punto de partida para tener una idea de los aspectos en los que nuestro rendimiento puede mejorar. Pues bien, los principales componentes que se prestan a overclock “fácil” son las tarjetas gráficas y algunos procesadores, siendo estos segundos algo más complicados y restringidos por los fabricantes. Por tanto, podemos determinar que podríamos mejorar velocidad de procesamiento de nuestro CPU y de nuestra tarjeta gráfica. Pero, ¿en situaciones o aplicaciones podemos ver estas mejoras? Pues en el caso de las tarjetas gráficas es muy fácil de comprobar en videojuegos ya que en condiciones normales se va exprimir todo su potencial y veremos un aumento de los FPS. Sin embargo, para los CPUs no es tan fácil observar cambios si nuestro procesador es suficientemente potente para nuestras exigencias. Irrefutablemente obtendremos mejores resultados en pruebas de rendimiento, pero lo que realmente nos interesa es obtener mejoras en el mundo real, en nuestras aplicaciones diarias, y eso puede volverse algo complicado de observar.

                Ahora bien, ¿de cuánto rendimiento extra estamos hablando? Pues esto depende de bastantes factores, entre ellos de la capacidad de nuestros componentes de soportar y funcionar bajo overclock, de lo que estemos dispuestos a forzar dichos componentes, entre otros. Los resultados pueden ser muy variados, pero por lo generar podemos obtener alrededor del 10% de rendimiento extra sin llevar nuestros componentes al límite. Con un poco más de experiencia y tiempo empleado en el overclocking, pueden llegar a verse resultados bastante impresionantes que pueden rondar e incluso superar el 20%, aunque esto aplicable principalmente a los procesadores. Las tarjetas gráficas suelen traer overclock de fábrica y las nuevas hasta tienen tecnologías que les permiten un overclock todavía mayor, automático y seguro, si las condiciones a las que están sometidas (temperatura principalmente) son favorables, dejando pequeño margen para el overclocking manual, aunque no por ello deja de existir.

                Sin embargo, aunque el overclocking como tal normalmente no tiene un coste económico, sí que tiene sus contras, entre ellos: aumento de consumo energético, mayores temperaturas de funcionamiento, reducción de la vida útil de nuestros componentes, entre otros. Visto así ya no parece todo tan bonito, especialmente eso de “reducción de la vida útil”, pero no es tan malo como parece. Con un overclock moderado, ya sea en CPU o tarjeta gráfica, es muy poco probable, por no decir casi imposible, reducir tanto la vida útil de nuestros componentes como para que se estropeen antes de tener que cambiarlos porque ya no sean capaces de darnos el rendimiento que necesitamos.

                Aun así debemos considerar si realmente queremos, necesitamos y notaremos el aumento de rendimiento. En caso afirmativo, os animo a que os informéis más sobre el tema y busquéis tutoriales sobre cómo hacerlo de forma fácil y segura. En caso contrario, es mejor dejar que nuestros componentes sigan funcionando a sus especificaciones de fábrica hasta que realmente necesitemos una mejora de rendimiento. Al fin y al cabo, lo que funciona bien mejor no tocarlo

 

 

 

 
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